Cien minutos ha durado el registro en el domicilio de Pedro Nieva, el presunto inductor del crimen del concejal Javier Ardines. Durante ese tiempo, agentes de la UCO y de Policía Judicial de la Guardia Civil han revisado todas las dependencias de la vivienda en presencia del detenido y la comitiva judicial. Las dos plantas de la casa y un garaje anexo han sido inspeccionadas y de ellas los agentes se han llevado varías cajas con efectos y documentos.

A apenas cien metros, en la misma parroquia de Belmonte de Pría, al pie de la sierra de San Jorge, que ocultaba un sol que comenzaba a asomarse al final del registro, permanecía recluida en su casa la familia del concejal asesinado el 16 de agosto en un camino cubierto por robles y avellanos, los árboles que sirvieron a los asesinos para esconderse en la emboscada que tendieron al edil.

Tras el registro, Pedro Nieva ha abandonado la que fue su residencia de verano camino del cuartel de la Guardia Civil de Llanes, donde previsiblemente, en las próximas horas se le tomará declaración.

Al salir de la vivienda custodiado por varios agentes, el detenido, vestido con un plumas con una capucha que ocultaba parcialmente su rostro, ha eludido responder a las preguntas de los numerosos periodistas que seguían el registro.

Los investigadores consideran que el arrestado encargó el crimen a dos sicarios no profesionales movido por los celos y con la colaboración de un cuarto arrestado. El detenido, casado con una prima de la mujer del concejal, mantenía una estrecha amistad con la víctima forjada en sus estancias en Llanes.