Hay quien necesita la tinta en su cuerpo. Las razones son infinitas: recordar un buen momento, marcar un estilo, probar algo nuevo… También hay quien se arrepiente, quien tiene expectativas diferentes; quien puede pagar más —y quien puede pagar menos—. Hay muchos amantes de los tatuajes. Cada uno de ellos, un mundo. Pero un estudio se ha encargado de diseccionarlos.
La página web Kaosystem.com, especializada en arte urbano, hace una investigación anual para tomarle la temperatura al mundo de los tatuajes. Y los resultados muestran cómo el dolor de la aguja atravesando nuestra piel (siempre acompañada de su, para algunos sinfónico, para otros horripilante, bzzzz) no es suficiente para evitar que alguien se tatúe la cara de Fernando Simón en el muslo si así se le antoja. Hasta Juan de Borbón, padre del rey emérito, lucía varios tatuajes de marinero en sus brazos. Y si la realeza repite, ¿por qué no los demás?
¿Otro tatuaje? Sí, por favor
De las muchas indagaciones que se pueden extraer del estudio, hay una que se eleva por encima de las demás: efectivamente, el que se tatúa, repite. Así lo muestran las estadísticas, puesto que solo el 2% de los encuestados no marcaría su cuerpo más de una vez. Pero eso no es todo, ya que buena parte de los encuestados considera que siempre hay hueco para algún garabato más.
Sin ir más lejos, hasta un 17% de las personas que han participado en el estudio tiene expectativas de hacerse la friolera de… ¡26 tatuajes! Así se puede apreciar en el gráfico que acompaña estas líneas.
Veintiséis son muchos tatuajes. ¿Y si alguien se arrepiente de alguno? Kaosystem, consciente de que siempre hay quien tiene un desliz con las agujas —por no hablar del hombre que se tatuó unas gafas de sol en una noche de borrachera—, ha querido saber cuál es la reacción de los fans de la tinta a esta pregunta. De nuevo, los datos son rotundos: el 74% no eliminaría ningún tatuaje. Y los que lo han hecho, apenas se deciden a borrar más de uno, puesto que ningún encuestado ha eliminado más de tres dibujos de su piel:
El porcentaje de arrepentimiento es de los más bajos. Es más, el 89% de los encuestados no cambiaría ningún tatuaje. Los que quieren hacer un borrado, según los conductores del estudio, suelen pasar por el láser. Sí, el mismo por el que tuvo que pasar uno de los personajes de Cómo Conocí a Vuestra Madre tras haberse encontrado una mariposa tatuada (también tras una noche de fiesta) en una zona comprometida.
Aunque en este caso, solo un 6% de la población tatuada sufre el mismo calvario que Ted Mosby; es decir, es mayor el porcentaje de arrepentidos (11%) que el de personas que, finalmente, se deciden a eliminar las marcas (6%).
¿Cuáles son los tatuajes favoritos?
Existen tatuajes tremendamente originales: desde un monigote con una cortadora de césped en una cabeza calva, hasta una tarántula hiperrealista posándose en el hombro. En esta edición de la encuesta, los animales lideran el podio, a diferencia de lo que ocurría hace tres años, cuando las frases tomaron la delantera. Aquí, el ‘ranking’ de los más comunes:
Ahora bien, puestos a hablar de tatuajes, también hay que hablar de presupuesto. Uno de los grandes puntos a tratar antes de cruzar las puertas del estudio es cuánto estamos dispuestos a pagar por un tatuaje. Aquí entran muchas variables: el lugar donde se realiza, la complejidad del tatuaje (puede requerir más o menos sesiones) o incluso la elección entre color y blanco y negro.
En este sentido, la mayoría de usuarios están dispuestos a pagar entre 51 y 100 euros (el 39% de los encuestados). Por el contrario, solo el 2% se atrevería a desembolsar más de 500 euros.
El estudio de Kaosystem dibuja un panorama que, si bien puede ser divertido por algunas de las anécdotas que nos dejan los tatuajes, a la par es complejo: las tendencias aumentan, los gustos cambian y la concepción de la sociedad acerca de los tatuajes, también.
De este modo, de las 3.000 personas encuestadas en 2020 —repartidas entre Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Andalucía, Baleares, Aragón, y Galicia— se han podido extraer algunas conclusiones interesantes. Una de ellas, “la importante labor de las mujeres en el mundo de los tatuajes”, como reza el informe. Ya solo queda ver qué nos depara la próxima edición. Por aquí, dejamos un deseo: si apareces con unas gafas de sol tatuadas en la cara, que sea porque vale la pena.
Otro gasto más
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