Da la una de la mañana y en el colegio madrileño de Yvonne Blake, en Fuenlabrada, las familias pasan su segunda noche consecutiva encerrados en el centro reivindicando la construcción íntegra del colegio.
Durante el fin de semana han dormido en colchonetas, sacos de dormir e incluso tiendas de campaña. Es la primera de las acciones que tienen pensado hacer hasta que les den una solución.
Denuncian que el colegio, inaugurado en 2019, está sin terminar y que en septiembre, con el inicio del nuevo curso, no habrá aulas ni espacio para todos los niños, unos 200.
Gema Lizana, presidenta del AMPA, explica que la fase de primaria debería de haber estado terminada en septiembre de 2022. "Nos prometieron adelantar cuatro aulas de primaria porque son necesarias y las máquinas aún no han entrado", cuenta.
De momento, donde debería haber cuatro aulas y una pista deportiva solo hay un solar y las obras ni han comenzado. Desde el Gobierno regional les han dado una solución provisional "en previsión de que el pequeño aulario (...) se pueda retrasar en su terminación (...)", dicen en un escrito.
Valoran construir tres aulas en el comedor, una opción que los padres tachan de "inadmisible". No contemplan tampoco que se construyan barracones ni módulos prefabricados y exigen tener unas instalaciones dignas.
"He visto a mis hijos dar gimnasia en la calle a 2ºC, no tenemos gimnasio; están mezclados niños de tres años con los de siete; la clase de religión se da en una esquina en el comedor", explica uno de los padres afectados.
Ante la falta de soluciones, las movilizaciones continúan. En la mañana de este domingo cerca de 300 padres se han movilizado a las puertas del colegio y aseguran que si no comienzan las obras de forma inmediata seguirán encerrándose en defensa de los derechos de sus hijos.
Otro gasto más
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