Con apenas 31 años y antes de contraer matrimonio, Becky Barletta comenzó a tener los primeros síntomas de demencia. Durante los preparativos del enlace, sus familiares se dieron cuenta de que algo no iba bien. En octubre de 2015, la joven se casó y poco después llegó el fatal diagnóstico.

Con el paso del tiempo, la situación de Becky ha ido a peor, según informa el diario Metro, que explica que incluso necesita ayuda de forma permanente. Su hermana, en declaraciones a esta publicación, asegura que "cuenta las mismas historias todo el día y apenas dice cosas coherentes; cuando salimos a la calle hace preguntas sin sentido a la gente que pasea y no es que me avergüence, es que me resulta triste verlo".

A pesar de lo insólito, el caso de esta joven no es nuevo en su entorno, ya que su tío también vivió una situación similar. Ahora, los familiares y amigos de Becky Barletta han puesto en marcha una campaña de recogida de fondos para recaudar dinero, poder destinarlo a la investigación y ayudar, en la medida de lo posible, a que los efectos de la enfermedad se mitiguen.