La llegada de los talibanes al poder en Afganistán ha supuesto un auténtico retroceso para las mujeres del país, que en unos meses han visto parte importante de sus derechos perdidos con la imposición de la ley islámica -conocida como 'sharia'-. Una norma que también, y trágicamente, afecta a las más pequeñas, dando lugar a acontecimientos tan trágicos como terribles. Es lo que, por desgracia, ha vivido la pequeña Parwana Malik.

Con solo nueve años, su padre la ha vendido a un pedófilo de 55 años para que se convierta en la mujer de este; una práctica que, aunque no lo parezca, se considera tradicional y hasta está normalizada en según qué zonas. En esta ocasión, el momento en que se formaliza el trato y la menor se va con el hombre que la ha comprado ha sido recogido por las cámaras de la CNN, que informaron además de que el precio a pagar fueron 200.000 afganis.

Esto es, unos 2.000 dólares divididos entre ovejas, tierras y dinero en efectivo. El padre de la menor ha asegurado que se ha visto 'obligado' a efectuar esta venta para ayudar al resto: "Tengo que vender para mantener con vida a otros miembros de la familia". Una familia que, como otras tantas en esta y otras regiones colindantes, vivía en un territorio de desplazados afganos, sobreviviendo gracias a la ayuda humanitaria y a labores eventuales.

Hasta la llegada del régimen talibán. El colapso económico del país que empezó desde mediados de agosto provocó un empeoramiento de la escasez de recursos y de las condiciones de vida de estos afganos, y muchos de ellos vieron la 'necesidad' o la 'oportunidad' de recuperarse a través de la venta de sus hijas a hombres pedófilos mucho más mayores. Es el caso de la propia familia de Parwana, que meses antes de su caso ya vendió a su hermana de 12 años.

Parwana Malik antes de ser entregada al hombre de 55 años

En todo caso, las imágenes de la cadena estadounidense son duras. Muy duras. En ellas se observa a Parwana maquillándose, preparándose para su nuevo marido, aun hombre al que considera un "anciano" de cejas y barba blancas. Confiesa que le preocupa que le golpee y la obligue a trabajar en su casa. En ese mismo vídeo, la pequeña se despide de su hogar vestida con un velo negro, con lágrimas en los ojos y con la preocupación de no saber qué será a partir de ahora su vida.