La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha sancionado a tres funcionarios de prisiones con la suspensión de sus funciones durante un mes y medio. La razón: se encontraban de guardia en la cárcel de Monterroso (Lugo) el pasado mes de agosto, cuando un grupo de presos se grabó en el interior de la prisión drogándose con un cóctel de fármacos. Los nueve reclusos, además, portaban objetos prohibidos por el centro.

A estos trabajadores se les atribuye, según señala López-Fonseca en El País, que ha tenido acceso al expediente, una falta grave por "falta de rendimiento" en su labor, y entiende además que las imágenes de esos hechos, que finalmente vieron la luz, perjudicaron "gravemente el crédito de la administración penitenciaria y del conjunto de funcionarios diligentes que en ella prestan servicio" y "trasladó a la sociedad una imagen que no se corresponde con la del normal funcionamiento del servicio penitenciario que resulta exigible".