Se venden como exorcistas a distancia, les llamamos. "Hola, ¿cómo puedo ayudarte?", responden. Les decimos que queremos exorcizarnos y nos preguntan de qué país somos. Parece que eso determina el precio.

El precio total del proceso de extracción total es 500 euros y lo justifican así: "Durante tres meses, la doctora extraerá el espíritu a diario. Lo hace varias veces al día, cada día".

Tienen su sede en Estados Unidos pero, escuchen, no hace falta desplazarse: "La doctora los extrae de forma remota y para contactar con cada cliente a nivel energético, necesita sus datos".

Nombre apellidos, fecha y lugar de nacimiento, con eso, la doctora, por cierto, en Filosofía, ya podría, dicen, exorcizarte.

Nos detallan los síntomas típicos de una posesión: "Falta de energía, somnolencia, ansiedad, la gente está cansada todo el rato, cambia su estado de ánimo, está muy contenta y después triste o enfadado sin razón".

Podría corresponderse con la sintomatología de cualquier enfermedad, pero para ellos refleja posesión demoníaca. "Si te sientes así hay ya sabes muchas posibilidades de que tengas un espíritu dentro", añaden.

Diagnóstico en mano, ya podríamos empezar el exorcismo a distancia pero según advierten, hay una lista de espera. El requisito para colarnos es este: "Si pagas por adelantado te puedo poner en la lista de espera para que puedas empezar el lunes".

Modus operandi muy recurrente en Internet. Otra mujer, de España, requiere un paso previo al exorcismo: "Primero tengo que hacer una sesión de tarot contigo, por teléfono, que no hay problema. Cuando vea el origen del problema, te digo cómo se soluciona".

El precio de ese diagnóstico, 50 euros a ingresar a en su cuenta corriente. Ya lo saben, para expulsar a Lucifer, primero hay que pasar por caja.