El rastro que ha dejado el exmarido de Ana María Knezevich Henao, cuyo rastro se perdió el pasado 2 de febrero en Madrid, muestra una clara relación con su desaparición. Tras ser detenido por el FBI, se van conociendo más detalles de los indicios contra él.

Una revelación impactante es el testimonio de una trabajadora obligada por David a suplantar a Ana María para abrir una cuenta bancaria, un acto que arroja luz sobre la verdadera naturaleza del vínculo entre el sospechoso y la víctima.

La evidencia se acumula con las horas registradas por cámaras de seguridad: a las 14:20 horas ven a Ana María con vida por última vez; a las 21:27 horas se ve a un hombre con casco entrando en el edificio en el que vivía la víctima y rociando con spray las cámaras. Una hora más tarde, a las 22:30 horas, otra cámara, graba al mismo hombre saliendo del ascensor del edificio con una maleta.

Una matrícula falsa y los cristales tintados

El rastro de David no se limita al país, ya que se ha confirmado que días antes de la desaparición de Ana María, viajó desde Miami a Estambul y ya en Serbia alquiló un Peugeot 308. Las pesquisas apuntan que cambió la placa del coche por unas de otro vehículo robado y tintó las lunas para que las cámaras de seguridad no pudieran identificarle.

El FBI se puso en contacto con la empresa de alquiler del Peugeot. Así, conoció que el marido de Ana María contrató el coche el 30 de enero y volvió a Serbia el 5 de febrero. Había sustituido las placas del coche y tintado la ventanilla. En el tiempo que estuvo con el turismo había realizado un trayecto de más de 7.500 kilómetros.

Sin embargo, de Belgrado a Madrid hay un total de 26 hora de camino, 2.592 kilómetros. Terminó devolviendo el coche a la compañía de alquiler el 15 de marzo. Había cambiado el marco de la placa, quitado dos pegatinas y recorrido un total de 7.677 kilómetros.

Juan Manuel Medina, abogado de la familia Henao y de SOS Desaparecidos, destaca la importancia de este vehículo en la investigación, especialmente con las placas de matrícula sustraídas que coinciden con las que se robaron en la misma calle donde residía Ana María.

"Ana no escribe así"

Clave es también el testimonio de la mujer colombiana que tradujo a petición de David el mensaje que después recibieron las amigas de Ana María. El sábado, 3 de febrero, el teléfono móvil de Ana está apagado. Solo se conecta para enviar dos mensajes de WhatsApp. Hacia la una de la tarde, una amiga suya que vive en Suecia recibe el primero. Es un texto en inglés.

A las tres de la tarde una amiga española recibe otro. Esta vez, el texto está en castellano: "Conocí a una persona muy chévere. Tiene una casa de recreo a unas 2h de Madrid. Ahora nos vamos y pasaré unos días allí. Aunque apenas hay señal. Te marco cuando vuelva".

Las dos amigas no reconocen la forma de escribir ni las palabras utilizadas como propias de Ana. Las dos la llaman al móvil para hablar con ella, pero no contesta. Nadie volverá a saber nada de Ana.

Mientras en un comunicado que ha enviado la familia de Ana María se puede leer que agradecen públicamente el trabajo de la policía española y del FBI "por su comprometido trabajo en esta desafiante investigación internacional" y también a sus amigas "quienes alertaron a las autoridades de inmediato".