La maternidad de Ana Obregón ha devuelto la cuestión de la gestación subrogada al centro del debate político. Ya en 2017, Ciudadanos registró una propuesta para regular los vientres de alquiler y, ahora, el Partido Popular ha sorprendido abriéndose a su posible legalización, siempre y cuando esta sea altruista. Canadá y Reino Unido son el espejodonde se miran los partidarios de este modelo, pero la cuestión es si una gestación voluntaria 100% es realmente posible y cómo se controla.

En Canadá, su legislación dice que "aunque pagarle a una madre gestante es un delito, se le puede reembolsar los gastos directamente relacionados con su embarazo". Lo mismo ocurre en Reino Unido, unos gastos que en ambos casos vienen detallados. Deben sufragar viajes, transporte, comidas, medicamentos, vitaminas, servicios legales, cobertura de salud, de invalidez e incluso contemplan gastos por el cuidado de mascotas o clases de deporte.

En el caso del país norteamericano, el importe no puede superar los 20.000 euros. En Reino Unido, por su parte, interviene el Estado y verifica los pagos. Además, la gestante dispone de seis semanas para cambiar de idea antes de entregar al bebé, algo que no ocurre en otros países, como Canadá.

Pedro Fuentes, especialista en Ginecología y Obstetricia, cree que esta opción es "la mejor forma de respetar los derechos de la mujer, de los menores y evitar la mercantilización" y asegura que ha tenido pacientes "que han nacido sin útero o se han quedado sin útero por una cirugía o un cáncer y han venido con una hermana o amiga" preguntando dónde pueden llevar a cabo este proceso.

Sin embargo, los contrarios a este modelo creen que se puede generar un mercado negro donde existan dinero y otras gratificaciones bajo cuerda, es decir, que se seguiría mercadeando con la mujer y con el niño. Es lo que opina Zuriñe Ojeda, perteneciente a la Asociación Feminista 'Gafas Moradas': "Estamos hablando de que es una persona, una mujer. Las mujeres no somos técnicas de reproducción asistida y no estamos para parir los hijos de nadie, ni con dinero ni sin él", sentencia.

Además, según los pocos datos que existen, en estos países las madres gestantes son muy pocas, se forman grandes listas de espera y la mayoría de las parejas, aun siendo legal en su país, optan por irse a otros donde se puede conseguir un hijo a golpe de talón.