Barbie, Scalextric
La evolución del juguete: de entretener y fomentar la imaginación a también educar
Los detalles Los nuevos juguetes, ya sean muñecos o juegos de mesa, muestran la realidad social actual y no solo divierten a los más pequeños.

Resumen IA supervisado
A lo largo de las décadas, juguetes icónicos como Barbie y Scalextric han dejado una huella imborrable en diferentes generaciones. Aunque estos clásicos siguen siendo populares, han evolucionado para adaptarse a las nuevas demandas del mercado. Según Marta Salmón, presidenta de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, los juguetes han pasado de ser meros instrumentos de entretenimiento a convertirse en productos educativos. Ejemplos de esta evolución incluyen muñecas como Barbie, que ahora incorporan diversidad funcional, y juegos de mesa diseñados para educar sobre el acoso escolar. Además, el 30% de la facturación del sector del juguete está dirigido a adultos, demostrando que el deseo de jugar trasciende la edad.
* Resumen supervisado por periodistas.
Barbie fue en los 60 el juguete más vendido. En los 70 fue el Scalextric. Son solo algunos de los juguetes que marcaron generaciones. Clásicos que continúan entre los más vendidos año tras año, pero que se han adaptado a la evolución del mercado.
"Antes el juguete estaba más centrado en entretener y fomentar la imaginación y ahora pues trasvasa mucho más y es un producto educativo 100%", comenta Marta Salmón, presidenta de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (Aefj).
Una evolución que se nota en esos juegos más tradicionales: desde nenucos con diversidad funcional a la evolución de Barbie, que este año ha sido premiada por su muñeca con diabetes.
También los juegos de mesa han pasado a educar, como prueba un nuevo juego creado para prevenir y educar ante el acoso escolar.
Ahora bien, el sector y su evolución también ha dejado atrás la barrera de los niños. "El 30% de la facturación del sector del juguete va dirigida al adulto", destaca Marta Salmón.
Porque los juguetes cambian, pero las ganas de jugar se quedan con nosotros.