Cuando comemos jamón serrano solo pensamos en disfrutarlo, pero hay algunos consejos sobre cómo preservar su calidad o cómo prepararlo para sacarle el máximo partido. El primer error es el más habitual: el jamón ibérico odia el frío. Únicamente se puede meter en nevera si viene ya cortado y envasado al vacío, si no, mejor a temperatura ambiente.
"Las lonchas recién cortadas meterlas en la nevera es un pecado", sentencia la cortadora profesional de jamón Luz María Zamorano. Además, explica que "se nos va a secar, va a perder untuosidad y va a perder aroma".
"Si las lochas las compramos que ya vienen envasadas al vacío, las mantendría en frigorífico a temperatura controlada, porque van a aguantar mucho más tiempo", recomienda el presidente del Congreso Mundial del Jamón, Julio Tapia.
El segundo pecado imperdonable es quitarle la grasa: "Enriquece de manera importante el perfil sensorial del producto". En este sentido, si nos compramos la pata entera hay que acabarla antes de un mes. "El día que no cortamos, le vamos a perder gramaje, se nos va a secar el jamón", comenta Zamorano.
La siguiente norma es fácil de aprender. Hay que cortarlo muy fino. "Es importante que incluyamos en la loncha todo el ancho del jamón en el cuchillo, cortando siempre fino y el tamaño: tenemos que calcular que podamos introducirlo en la boca de un solo bocado", describe la cortadora profesional.
Por último, algo que casi siempre hacemos mal, el jamón bueno mejor solo. Ni siquiera hace falta pan y el error más típico, es comerlo con queso. "El sabor del queso nos va a impregnar la boca y si tomamos jamón justo después no vamos a poder disfrutar de él en plenitud", sentencia Luz María.
Estos son los 5 pecados del jamón ibérico que puedes ver en el vídeo superior de esta noticia, aunque probablemente no logre poner atención en ellos, porque cuando el jamón invade la pantalla, hace que nos olvidemos del resto.