Las celebraciones del Día internacional de la Mujer de este año serán más alternativas que nunca, adaptadas al contexto de estado de alarma. Pero la reivindicación feminista no puede faltar en un año de retroceso de sus derechos por una pandemia que ha aumentado la brecha de género.

Solo en Madrid las feministas no pueden manifestarse este 8M por el Día de la Mujer. En la capital, donde el TSJM ha confirmado que se mantiene la prohibición de las manifestaciones, las reivindicaciones se verán en los balcones y en las redes sociales.

En Barcelona, 3.500 mujeres, previa inscripción, y separadas por metro y medio, teñirán de morado el Paseo de Gracia en una concentración estática. Habrá ocho tramos, de los cuales dos serán mixtos y el resto serán solo para mujeres lesbianas y trans. Protestarán también las pensionistas en estos actos.

Las mujeres de Sevilla quieren simbolizar la unidad unidas por una madeja lila, pero separadas entre sí por dos metros de distancia. También lo harán con paseos en bicicleta, lecturas literarias, homenajes a las limpiadoras de hotel y un rodea el Parlamento andaluz, actos que se desarrollarán bajo el compromiso de respetar las normas sanitarias tras un año en la diana por sus movilizaciones al inicio de la pandemia.

Tras un año en el que se han sentido cuestionadas y criminalizadas, las feministas también se organizan para la reivindicación en Galicia, donde habrá más de 85 concentraciones. En el centro de su protesta, el papel de las cuidadoras.

Misma reivindicación en Asturias, con 13 concentraciones convocadas con aforo limitado, distancia de seguridad y de forma estática.

En Salamanca, las feministas no convocan manifestaciones. Se trata de una decisión meditada, conscientes del riesgo para una población envejecida y un sistema sanitario que denuncian deficitario. Clara, del Movimiento Feminista de Salamanca, así lo explica: "Esta no convocatoria es una manera de visibilizarlas a ellas, a las que cuida".

Un año después de la irrupción del virus, este 8M se reivindicará que sin ellas luchando en primera línea contra el COVID-19, nada habría sido igual.