Para preservar la salud planetaria será necesario reducir el consumo mundial de carnes rojas y azúcar; duplicar la ingesta de frutas, verduras y legumbre; que el sector agrícola y ganadero reduzcan al mínimo las emisiones de dióxido de carbono y también la contaminación de nitrógeno y fósforo. Además, reducir un 50% el desperdicio de comida, así como limitar el empleo de agua.

Todas estas medidas están recogidas en un trabajo publicado por la revista científica 'The Lancet'. Se trata de un estudio, que ha durado tres años, realizado por 37 expertos de 16 países con experiencia en salud, nutrición, sostenibilidad ambiental, economía y gobernanza política.

El insostenible modelo de consumo que desde mediados del siglo XX lleva el ser humano ha hecho que la salud de la civilización y el estado de los sistemas naturales estén en peligro. "Se necesita urgentemente una transformación radical del sistema alimentario global", advierte el grupo de expertos. Según Fernando Saz, responsable de Ecologistas en Acción de Catalunya, "los alimentos recorren una media de 5.000 kilómetros y el transvase de vehículos hace que las emisiones sean totales".

Este panel de expertos internacionales ha elaborado una "dieta ideal" para reducir las muertes por enfermedades relacionadas con la alimentación y, además, desarrollar un modelo que permite salvar el planeta. Aseguran que a través de este nuevo programa se podrá alimentar a todos los habitantes, pero se tendrán que aplicar profundos cambios tanto en la dieta como en el modelo de producción.

De este modo, es posible que se cumpla con los objetivos que se acordaron en París contra el cambio climático. Además, podrá evitar 11 millones de muertes prematuras al año relacionadas con la alimentación.

La "dieta ideal" que promueve la investigación habla de una ingesta de 2.500 calorías al día, donde consumiremos entre 200 y 600 gramos de vegetales, 300 gramos de fruta, grasas instauradas en vez de saturadas, poco granos refinados y pocos alimentos procesados ni azúcares añadidos.

Es recomendable que a la semana consumamos 400 gramos de pollo o pavo, un huevo y medio, 350 gramos de frutos secos y 525 gramos de legumbres. Por lo tanto, el objetivo global es doblar el consumo de frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos, y reducir a la mitad el de carne roja y el azúcar. La meta es llegar a 2050 con una alimentación saludable y un medio ambiente sostenible