Indignación en Perú por el espectáculo racista que amenizó la boda entre la hija de un excandidato presidencial y un aristócrata español, con hombres disfrazados de esclavos con taparrabos y mujeres que simulaban ser cocineras indígenas acompañando a los novios.

Las imágenes de la boda el pasado 9 de abril de Belén Barnechea, hija del político Alfredo Barnechea, y Martín Cabello de los Cobos, nieto de los condes de Fuenteblanca, han generado una oleada de malestar en las redes sociales, donde numerosos usuarios del país andino han tachado la ambientación que eligieron de virreinal, racista y clasista.

Los vídeos muestran una aparente temática colonial, con personas representando la esclavitud de la población indígena: durante la celebración, los novios realizan una especie de desfile por el centro de la ciudad de Trujillo, en la que hombres descalzos, vestidos con taparrabos y amarrados entre sí con cuerdas avanzan al ritmo que se les marca.

Otras imágenes muestran a mujeres con trenzas y túnicas, aparentemente caracterizadas como indígenas en la época del virreinato, arrodilladas en el suelo simulando realizar labores en sus canastos, a los pies de los recién casados. En otro momento de la celebración, mientras los invitados al enlace disfrutan del convite, personas con atuendos precolombinos bailando ejercen de decoración en las alturas del cóctel.

La propia novia colgó varios de estos vídeos en su Instagram. Sin embargo, estos han provocado un enorme enfado, porque lo que para la pareja de ricos novios era un homenaje a la historia, para muchos peruanos ha resultado una inaguantable mezcla de clasismo y racismo.

Además, no es la primera vez que la familia protagoniza una polémica así, puesto que ya sentó muy mal en 2016 que el padre de la novia, entonces candidato a la Presidencia por Acción Popular, rechazara un bocata de chicharrones que le ofrecían en un puesto humilde, tal y como puede verse en el vídeo que ilustra estas líneas.

Dos detenidos

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Todo empezó a la hora de la siesta, cuando llamaron a la puerta y aparecieron dos encapuchados: "Uno subió la escalera hacia arriba y el otro me empujó al salón y vio a mi marido hablando por teléfono".