Espectacular incendio en una planta química situada en las afueras de la ciudad francesa de Rouen (noroeste). El fuego, que no dejó víctimas, llevó a las autoridades a decretar el cierre de todos los centros escolares y a pedir a la población que permanezca en sus casas.

La Prefectura recomendó en un mensaje colgado en su página web a los habitantes que se encuentran en un radio de 500 metros en torno a la factoría Lubrizol, que fabrica aditivos para lubrificantes, que no salgan de sus casas "por medida de prudencia".

El prefecto, Pierre-André Durand, puntualizó que, de acuerdo con los primeros análisis, la espesa columna de humo que seguía siendo visible seis horas después del inicio del incendio, no presenta una "toxicidad aguda".

Por su parte, el alcalde de Rouen, Yvon Robert, señaló, en declaraciones a la emisora 'France Info', que entre 150 y 200 bomberos trabajaban para extinguir el fuego, a los que se debían sumar refuerzos.

Durante la madrugada, los vecinos pudieron escuchar diversas explosiones, que se debieron a la deflagración de depósitos de hidrocarburos. Como medida de precaución, se cortó el tráfico en los dos sentidos en la autopista A150, que comunica Rouen e Yvetot, a la altura de Canteleu.