Gran Canaria ha sufrido tres incendios que han calcinado 12.000 hectáreas, el 8% de la superficie de la isla.

En el Valle del Ebro 4.000 hectáreas se han quemado en un incendio que afecta a Tarragona y Lleida. En el norte de Toledo, 3.000 hectáreas han ardido cuando se desató en Almorox un fuego que alcanzó el suroeste de Madrid.

Y así hasta 12 grandes incendios registrados en España en solo dos meses, siete de ellos fueron devastadores.

Su virulencia responde a unas causas. Miguel Ángel Soto, portavoz Campaña Bosques Greenpeace, explica que "si cambia el clima, el comportamiento del fuego, o si el medio rural está despoblado" ocurre lo que ha pasado en España: 58.000 hectáreas arrasadas desde enero en todo el país, el equivalente a la superficie de la isla de Ibiza.

El cambio climático obliga, según dicen los expertos, a cambiar el modelo de gestión de los montes. "No se trata de apagar los incendios cuando se producen, la principal medida es una gestión adecuada y recuperar la población rural", asegura Mar Asunción, responsable Clima y Energía de WWF.

Porque los incendios de sexta generación, considerados los más salvajes, se asoman a nuestro país. En Estados Unidos, Chile y Portugal los han sufrido y el de Gran Canaria ha rozado este nivel.

"Necesitamos un paisaje que podamos gestionar nosotros antes de que lo haga el fuego de manera virulenta", dice Soto. Asunción añade que "lo que hace falta es limitar al máximo las causas del cambio climático, que es el modelo energético basado en combustibles fósiles".

La mano del hombre está detrás del 96% de los incendios, pero es el cambio climático lo que agrava sus consecuencias.