La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) denuncia las pocas peticiones de asilo que se tramitan en nuestro país. Explican que hay atasco en el sistema, porque en 2018 se registró un nuevo récord de peticiones más de 50.000.

Jessica, activista de Nicaragua, llegó a Madrid este verano para denunciar la represión que ella y sus compañeros viven desde abril de 2018. Mes en el que comenzaron las protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega. "Fui testigo de cómo la Policía asesinaba a muchos jóvenes dentro de la Universidad en la que estaba atrincherada", cuenta la joven.

Ella es una de las más de 54.000 personas que han solicitado asilo en España durante 2018. Una cifra récord que se suma a las más de 78.000 peticiones que están aún pendiente de resolver.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado solicita al Gobierno medidas urgentes para solventar este atasco. "Están creando una espera innecesaria en miles de personas" , denuncia Estrella Galán, secretaria general de CEAR.

De las casi 12.000 peticiones resueltas este año solo un 24% han sido favorables. Es decir, unas 2895. De las cuales,solo 575 obtuvieron el estatuto de refugiado. A ello se suman los nuevos obstáculos. A aquellos que procedan de Palestina, como Ahmed Yafa se les requiere ahora un visado de tránsito.

Él llegó a España en 2008 tras ver, dice, la muerte en varias ocasiones. "Estaba perseguido, fui detenido varias veces. La primera paliza me la pegaron los soldados isralíes con ocho años", relata Ahemd.

De haberle exigido a él este documento necesario para entrar a un aeropuerto español, asegura, que hoy no estaría vivo. "Yo tuve suerte hace diez años cuando todavía se podía solicitar asilo en el aeropuerto", dice Ahmed, y explica que "muchos palestinos hoy en día no pueden hacerla desde el uno de febrero".

Las ONGS advierten: esta política solo pone en peligro a las personas. "Favorece el llamado mercado de las mafias", dice Paloma Favieres, directora de políticas del CEAR.

Los dos quieren recordar: El asilo es la única alternativa que tuvieron para empezar una vida de cero.