La música se puede escuchar, pero también sentir. Así se entiende al menos en un taller donde niños y jóvenes sordos o con discapacidad auditiva experimentan la emoción de sentirla. En Barcelona han podido vivir esta experiencia de primera mano. Allí se ha celebrado la edición número 17 de 'Feel the Music', un taller que, desde 2012, busca acercar y conmover a través de la música a jóvenes que, en principio, no pueden disfrutar de ella.
"Intentamos mostrar todos los aspectos humanos de la música. Les tocamos diferentes instrumentos y les enseñamos que transmiten diferentes emociones", explica Leif Ove Andsness, pianista de la orquesta MCO. En esta ocasión, han estado acompañados por Paul Whittaker, músico con más de 20 años de experiencia y con deficiencia auditiva.
En los talleres pueden sentir el ritmo de la percusión, la vibración de los instrumentos o el aire cuando sale del oboe. "El contrabajo es especialmente fascinante porque las ondas de sonido que produce son mucho más fáciles de sentir", asegura Matthew Sadler, trompetista de MCO.
Los alumnos pueden incluso dirigir una orquesta. Todo esto puede sonar imposible, pero el propio Beethoven padeció sordera desde los 28 años. Algo que no le impidió a él en su momento seguir disfrutando de la música y que tampoco ha supuesto ahora un obstáculo para ellos.