Christopher Leonard, de 40 años, falleció en julio por causas naturales en su vivienda de Florida (Estados Unidos), aunque nadie era consciente de su muerte hasta este pasado martes, cuando su cadáver apareció en un cubo de basura cinco meses después de su fallecimiento.

El difunto había pasado antes varias semanas escondido en un armario ropero. La persona con la que compartía techo ha estado todo este tiempo evitando que nadie supiera que Christopher había muerto. El motivo: así podía quedarse con la pensión de 1.200 dólares mensuales que éste recibía en vida.

La responsable de este macabro plan de ocultación del cuerpo es Michelle Haney, la mujer de 48 años que vivía junto a Christopher en la localidad de Bradenton. Tras ser detenida el pasado miércoles, confesó ante las autoridades todo lo que llevó a cabo desde que en julio se encontró el cuerpo sin vida de su compañero.

En vez de dar aviso de su fallecimiento al sheriff del condado, Michelle guardó el cadáver en un armario durante tres semanas. Después, lo envolvió para sacarlo fuera de la vivienda, metiendo los restos de su compañero en un cubo de basura. La mujer tenía acceso a la pensión que recibía Christofer. Dinero que se esfumaría si se confirmaba el fallecimiento.

Las cosas no le fueron bien a Michelle, que fue obligada a abandonar la vivienda que compartía con Christofer, aunque pudo mantener el secreto. Antes de marcharse, pidió a un vecino que custodiara el mortuorio cubo de basura durante unas semanas. Le dijo que tenía "cosas personales" guardadas en el contenedor.

El vecino cumplió vigilando el cubo de basura. Aguardó durante dos meses el prometido regreso de Michelle. Hasta que este pasado martes, cansado de esperar a que la mujer volviera, decidió vaciar el cubo encontrándose con la desagradable sorpresa: el cadáver de Christofer en avanzado estado de descomposición.

Michelle Haney afronta el cargo de abuso de un cuerpo humano y posiblemente sea acusada también de fraude a la Seguridad Social, según el juez del condado.