La desesperación inunda a muchos de los bomberos que continúan luchando contra el peor incendio registrado en nuestro país desde 2012. El fuego de Navalacruz, en Ávila, ya ha quemado miles de hectáreas. "Nos ha rodeado y viene. ¡Me cago en la puta!", expresa uno de los efectivos que atraviesa con un coche lo que parece un mar de llamas. Uno de sus compañeros plantea una opción: "Vamos a intentar pasar al otro lado, que está sin quemar. Si no, aquí nos va a pillar".

Mientras avanzan, las imágenes son cada vez más impactantes. Todo a su alrededor arde: "Noto el calor, tío", llega a decir uno de los tripulantes del vehículo, que atraviesa rápidamente una carretera teñida con un manto rojo que impide ver. Fuera del coche, las llamas siguen totalmente descontroladas. Esto, unido al viento, sigue complicando y mucho la situación en Ávila.

Aunque el incesante trabajo de los bomberos y de la brigadas, ya sea en tierra o desde el aire, está ayudando poco a poco a que el incendio originado el sábado entre Navalacruz y Cepeda de la Mora se vaya controlado. "El operativo ha logrado parar el incendio en su cabeza. Hay un cierto control del perímetro. Solo se escapa el flanco norte y dos tramos del flanco sur", aseguran las autoridades.

La noche ha sido muy intensa, si bien ha sido la primera en la que se ha podido trabajar gracias a una disminución del viento. Sin embargo, la situación sigue siendo complicadísima. Ahora mismo, el mayor miedo es que el fuego llegue a las poblaciones más cercanas. Por eso, muchos vecinos, como los de Navalmoral de la Sierra, limpian las zonas más cercanas a las vivienda para impedir el paso del fuego.

Algo que no se ha conseguido en Sotalbo. Allí, las llamas han llegado a algunas explotaciones ganaderas: "Era todo fuego por todos los sitios. Apagabas un frente, venía otro...". Por eso, además, muchos vecinos tuvieron que huir con lo puesto de sus casas. Aunque aún es pronto para realizar estimaciones, según la Junta de Castilla y León al menos 12.000 hectáreas habrían quedado arrasadas por las llamas, dejando un paisaje totalmente calcinado.