La primavera es una de las estaciones más deseadas por quienes habitan en el hemisferio norte del planeta. El clima se equilibra: ni mucho calor, ni mucho frío, y una amplia paleta de colores tiñe la naturaleza. El fenómeno con el que arranca esta época del año es el equinoccio, que tendrá lugar el próximo viernes 20 de marzo a las 4:49 horas.
¿Qué son y por qué se producen los equinoccios?
Nuestro planeta no está perfectamente alineado, la inclinación de la Tierra determina dos fenómenos: los equinoccios y los solsticios. Cada uno de ellos se repite dos veces al año y determinan las estaciones.
El equinoccio hace referencia al momento en el que los rayos solares inciden con la misma intensidad sobre todo el planeta: uno de ellos coincide con el inicio de la primavera y el segundo con el comienzo del otoño. Durante el equinoccio de primavera, en el hemisferio norte suben las temperaturas y se iguala la duración de los días y de las noches. Es decir, hay más horas de luz que en invierno.
Aquí encontramos la diferencia fundamental entre los equinoccios y los solsticios, donde el Sol irrumpe con mucha más fuerza sobre uno de los dos hemisferios terrestres; siendo invierno en uno de ellos y verano en el otro.
Este 20 de marzo tendrá lugar el primer equinoccio del 2020, coincidiendo con el Día Internacional de la Felicidad y el comienzo de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el hemisferio sur. El segundo equinoccio del año tendrá lugar en el mes de septiembre, entre los días 22 y 23 aproximadamente, y pondrá punto y final al verano.
Aún no toca cambiar la hora
El equinoccio de primavera no trae consigo un cambio de hora. Este reajuste en el reloj se hará en la madrugada del último domingo de marzo. Deberás adelantar las manillas una hora: a las 2:00, serán las 3:00 horas (una hora menos en las Islas Canarias). Por lo que el día 29 de marzo tendrá una hora menos.
De este modo comienza lo que se conoce como "horario de verano": más horas de luz y mejor pronóstico climatológico, aunque como dice el dicho: "en abril aguas mil". Y sí, la primavera supone un aumento de las temperaturas, pero las primeras semanas del mes de abril suelen estar bañadas por agua.