La menor de 15 años de Pobla de Farnals que llevaba desaparecida desde el pasado lunes al mediodía ha sido localizada con vida y en buen estado. Ha sido ella quien, por su propio pie, ha acudido a un cuartel de la Guardia Civil de Santander. Según ha informado 'Diario Levante', la joven se trasladó a las dependencias policiales tras conocer que su familia estaba desesperada por encontrarla y que ya se había creado un dispositivo de búsqueda.
Lucía, nombre de la chica, no se encontraba en Valencia, como en un principio afirmó en una llamada telefónica con su madre, sino en el norte de España. Allí se trasladó en avión tras coger dinero de casa -unos 250 euros, tal y como denunciaron sus padres- para pasar unos días con un grupo de amigos entre Asturias y Cantabria, según 'Diario Levante', que apunta que la joven mantenía una relación algo más personal con un joven de 24 años.
De hecho, los padres de Lucía creen que su hija se encontraba retenida por la familia de este chico de 24 años, a quienes está investigando la Guardia Civil en estos momentos, según ha explicado el medio levantino. Todo comenzó este lunes, 22 de noviembre, poco después de la primera llamada que mantuvieron la menor y su madre, sobre las 14:30 horas. Horas después de la misma, el padre se dio cuenta de que la joven no se encontraba en casa.
Los primeros indicios indicaban que Lucía se había marchado sin llaves, con cargador y con 250 euros. Además, su teléfono estaba apagado. Unas horas después de su desaparición, los padres de la menor recibieron una llamada desde un número oculto. Era Lucía, y estaba llorando. En los casi tres minutos que duró la conversación, los progenitores no pudieron sacarle información sobre dónde se hallaba. Ella únicamente dijo que estaba en Valencia.
Una afirmación que no resultó ser finalmente cierta. En cualquier caso, los padres de Lucía pensaban en ese momento que le había pasado algo a su hija, pues la madre, Carmen Lara, aseveró que durante esa llamada notó la voz de la menor suave, floja, como si no quisiera ser escuchada. Además, antes de echarse a llorar y colgar dijo: "Ven a por mí, mami". Ya en esos momentos el padre de la chica, Francisco Marín, pensaba que Lucía podía haberse ido con un amigo.
"Supongo que tiene que tener algún amiguillo que le ha inculcado algo, que es mayor de edad y le ha metido cosas en la cabeza", relató a laSexta. Lo cierto es que, hasta su reaparición, la Guardia Civil barajaba como hipótesis principal la fuga voluntaria, como se ha confirmado finalmente. El miedo y la preocupación en ambos progenitores estaba latente, pues afirmaron la niña ha estado pasándolo mal psicológicamente por casos de acoso escolar, pero que ahora se encontraba bien y mejor.
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