Un grupo de seis arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, de Guipúzcoa, ha rescatado de un pozo de la sima de Legarrea, en Gaztelu (Navarra), los primeros huesos de niño que confirmarían uno de los crímenes más sangrientos de la Guerra Civil española.
Se trata de Juana Josefa Goñi Sagardía, una mujer que fue arrojada a un pozo natural de 50 metros de profundidad cuando estaba embarazada de siete meses. Junto a ella, también fueron asesinados seis de sus siete hijos. Los restos hallados podrían ser de Martina, José o Asunción, los hijos de seis, tres y dos años respectivamente, de la mujer, según el diario 'Noticias de Navarra'.
Según el diario 'El País', el 30 de agosto de 1936, la mujer salió huyendo de la localidad debido a las amenazas de sus vecinos. Se refugió, embarazada de su octavo hijo, en una choza en el monte. Esa misma noche, se escucharon tiros en el bosque y la choza ardió. Desde entonces, varias investigaciones fueron abiertas y cerradas, pero nunca se encontraron sus cuerpos.
De la familia, sólo el hijo mayor y el padre sobrevivieron. El joven, trabajaba fuera en el momento de los hechos, y su padre, Pedro Sagardía, estaba encarcelado tras alistarse al requeté.
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