Charlene Quirk, una mujer de la localidad de London, en Canadá, decidió pedir una pizza a domicilio en un restaurante al que solía ir con frecuencia. La pizza se la trajeron en una bolsa térmica diseñada para que la pizza no se enfrié.

Quirk llevó la pizza al comedor y después de acabar de comérsela se percató de que había un condón usado en la bolsa térmica de la caja de la pizza. Quirk, muy indignada, le comunicó lo sucedido al dueño de la pizzeria pero le dieron una respuesta que no se esperaba.

El dueño del negocio le respondió de manera hostil y despectiva. "Me prohibió la entrada al restaurante y que no podría volver a hacer pedidos nunca. Me mandó a la mierda y me dijo que me lo quedara (el condón) y lo usara", asegura Charlene través de una publicación de Facebook

Charlene asegura que le sentó peor la respuesta que el propio condón usado, ya que ella era una cliente asidua de la pizzería, donde solía pedir pizzas varias veces al mes a lo largo de 14 años.

"Estoy consternada, no se merece mi dinero y no se merece el tuyo tampoco", finaliza Charlene en su denuncia en Facebook; donde ha decidido compartir su experiencia con el restaurante Soprano East. Pide disculpas por las explícitas imágenes.