Un condenado por maltrato animal ha ingresado en prisión por primera vez en España, después de que la juez de lo penal de Palma rechazara suspender los ocho meses de reclusión que le fueron impuestos por matar a palos a un caballo de carreras.
Según han informado fuentes judiciales, este hombre, que en diciembre de 2012 apaleó hasta la muerte al caballo Sorky tras un mal resultado en una carrera de trote en Manacor, ha ingresado voluntariamente en el centro penitenciario de Palma.
El condenado ha presentado un recurso de reforma contra la denegación de la suspensión de la pena o su sustitución por trabajos comunitarios. En él ha solicitado que se aplace su encarcelamiento hasta que se resolviese el recurso, pero la jueza que lo ha enviado a prisión ha denegado esta medida y ha ordenado la ejecución del auto de reclusión.
La juez aún no ha resuelto el recurso de reforma contra el auto en el que ordenó el encarcelamiento del maltratador, a quien aún le queda la posibilidad, si se rechaza nuevamente su solicitud, de recurrir en apelación ante la Audiencia de Palma.
La magistrada ha asegurado que en este caso no existe la más mínima duda de que el acusado empleó una inusitada violencia sobre el animal, causándole la muerte al golpearlo brutalmente y haciéndolo sufrir. Ha recordado que la sentencia, dictada después de que el acusado admitiera los hechos, negaba expresamente que concurra ninguna circunstancia modificativa de la responsabilidad criminal, por lo que "no existió arrebato alguno" y "menos aún amor alguno por el animal", como argumentó la defensa para pedir la suspensión de la pena.
En 2014, un juzgado de Cáceres condenó a tres meses de prisión a un joven que lazó a un perro desde un sexto piso, pero nunca llegó a entrar en la cárcel.
En Segovia, otro hombre fue condenado en 2010 a seis meses por tener perros abandonados, sin comida ni bebida entre basura. Sin embargo, tampoco llegó a cumplir la pena, aunque ahora ha sido denunciado por reincidente y está a la espera de juicio.
"Le habían lavado el cerebro"
De California a Manresa para rescatar a su hermana de una secta: "El cura me agarró y me tiró al suelo"
El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.