Dos meses después de ser brutalmente apalizada en el bar de su hija en Barakaldo (Bizkaia), Begoña sigue en la cama y necesitando ayuda para casi todo. En noviembre, un desconocido entró en el local donde se encontraba sola y la golpeó con una barra de hierro para después atrincherarse en el bar.

Ahora, ella sigue sufriendo las secuelas y su agresor ha salido a la calle en libertad, solo con una orden de alejamiento. La razón: la justicia lo considera inimputable porque actuó bajo un brote psicótico.

"Me tienen que dar de comer, ducharme...", explica a laSexta la mujer.

Ahora ni siquiera se atreve a salir a la calle: tiene miedo porque sabe que su agresor está ahí fuera y teme que vuelvan a agredirla.

El bar quedó destrozado, lleno de sangre y su agresor se atrincheró durante cuatro horas. Se requirió un fuerte dispositivo policial y un equipo de negociadores pero, por suerte, un vecino pudo auxiliar a Begoña.

Un juzgado de Bilbao ha decretado la libertad tras dos meses ingresado en un centro psiquiátrico ya que, alega el informe forense, "presentaba una clínica aguda de descompensación psicótica (...) estando diagnosticado de trastorno esquizofrénico".

La defensa de Begoña ya ha anunciado que recurrirán la decisión.