Una simple pegatina de color amarillo podría hacernos ahorrar más del 1.000 euros al año en la cesta de la compra. Su modus operandi es muy sencillo: cambia de color según el producto vaya perdiendo frescura. De este modo, el alimento se puede consumir hasta que la pegatina sea azul, pues esto significa que no es apta para su consumo. Se trata de algo así como un semáforo, explica Pilar Granado, cofundadora de Oscillum.
La pegatina te indica la seguridad y calidad del producto. En otras palabras: permite saber hasta cuándo podemos consumirlo o, por el contario, tirarlo a la basura antes de tiempo. Este chivato, desarrollado por una empresa de Cheste, tiene dos ventajas: reducir en un más del 20% las intoxicaciones y, al mismo tiempo, favorece el ahorro en la cesta de la compra (más de 1.000 euros al año). Sin embargo, para disfrutar de estos beneficios habrá que esperar a 2023, cuando se pondrá a la venta.
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Esta misma empresa está trabajando en la creación de una pegatina para frutas o verduras. La pegatina empezaría siendo transparente, indicativo de que la pieza está inmadura, hasta convertirse en negro, cuando la fruta esté totalmente madurada, explica Pablo Sosa, confundador de Oscillum. Este no es el único producto que lucha contra el desperdicio de alimentos. También existen unos tapones con una función similar: diferencias los envases de los zumos frescos de los que no lo son. De esta forma, pueden beberse hasta que la tapa se hinche.