"Tú no sabes si el día de mañana te vas a despertar, si te va a matar, si de un golpe mal dado te vas a quedar en el sitio". Es la angustia que día a día durante casi dos años ha vivido una chica que permanecerá bajo el anonimato.

Su pareja la maltrataba desde los 16 años. Comenzó por controlarle con quién hablaba y salía a la calle. Le pedía que no se maquillara ni depilara porque "a él le gustaba como era"

"Ya te está prohibiendo y cohibiendo como persona, parece que no es violencia pero sí lo es. Lo saben hacer muy bien para que no te des cuenta", relata.

Un día lo que era control acabó convirtiéndose en palizas. "Empezó a pegarme y empezó a decirme te lo mereces por zorra, por guarra".

Mismo patrón siguió otra joven. Durante los cuatro años de relación el chico con el que estaba quería saber todos sus movimientos. "Pensaba que eran cosas mías hasta que empezaron las primeras lesiones físicas".

Las palizas eran cada vez más habituales e imposibles de ocultar a los demás. "Tenía golpes en la cara, marcados los brazos, las rodillas, siempre tenía moratones, me sacó la rodilla".

En 2017 las denuncias por violencia machista en menores han aumentado un 18,7% respecto al año anterior.

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| EFE

Las adolescentes que permanecen bajo protección por violencia machista han crecido hasta el 14,8%. Además, los menores enjuiciados por delitos en este ámbito se han incrementado un 48% con respecto a 2016

Los expertos insisten: hay que ser conscientes del maltrato para evitar que vuelva a ocurrir y romper todos los lazos con el agresor. Para salir del infierno el primer paso es contarlo.