Los pantanos y embalses en España nunca habían registrado unos niveles tan bajo en estas fechas de agosto. Actualmente los niveles de reservas hídricas están por debajo del 38%, un 20% menos de lo normal.
Factores como el mayor consumo de agua propio del verano, las altas temperaturas o la escasez de precipitaciones contribuyen a esta situación. Pero este verano se han producido situaciones excepcionales, como el hecho de haber pasado el mes de julio más cálido desde que existen registros.
La proliferación de incendios forestales a lo largo de toda la península también ha ayudado para agravar esta situación, especialmente grave en comunidades como Andalucía. Allí los niveles de agua embalsada no llegan al 28%. Algunos embalses se consideran ya "pantanos muertos", como es el de La Viñuela, en la provincia de Málaga.
En Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia los niveles están por debajo del 40%. Y en Cantabria, Navarra, Castilla y León, Aragón y Cataluña no llegan al 50% de su capacidad.
Precisamente en Cataluña la central hidráulica de Rialb (Lleida), con menos del 8% de su capacidad y la peor reserva de agua en 14 años, se ha visto obligada a parar su actividad.
La situación es muy preocupante y de cara al mes de octubre podría empeorar porque normalmente los peores datos se suelen registrar al término del verano.