Como viene sucediendo desde 2009, las pulpeiras han vuelto a exhibir su destreza con las tijeras para rellenar el plato de madera artesana, un acto que acaparó todas las miradas y que supone cada año un reclamo para vecinos y turistas, en la antesala de la Fiesta del Pulpo.
En la cuna del "pulpo á feira", estas expertas en la elaboración, corte y aliño del exquisito manjar han superado los registros de la anterior edición, al trocear unos 750 kilogramos, en un tiempo récord, de 18 minutos y 24 segundos, tan sólo cuatro minutos más que el año pasado, a pesar de aumentar el tamaño del plato.
Roberto Pereira, integrante de la asociación de pulpeiros de esta zona de la provincia orensana, ha explicado que este acto, que acoge la plaza Mayor de la localidad, supone todo "un reto" cada año. "El plato tiene 35 centímetros más que el año pasado y más kilos de pulpo".
A pesar de ello, los cortadores han cumplido el objetivo, en una de las citas más esperadas de esta época estival. Como todo producto que se precie, los pulpeiros se guardan el secreto de su elaboración en esta villa de interior.
"Lo más importante para hacer un buen pulpo es la mano y el cariño con el que lo hacemos", ha apuntado Pereira, todo ello regado con un buen aceite, sal y pimentón (dulce y picante). El próximo año tienen previsto realizar todos los trámites necesarios para intentar entrar nuevamente en el récord Guinness.
Para lograrlo, el regidor de la localidad, Francisco Fumega, ha aclarado que la intención del Ayuntamiento es invitar entonces a los alcaldes de localidades del Eixo Atlántico (norte de Portugal) y de países como Francia, para que puedan disfrutar de este espectáculo y, de paso, buscar que esta romería sea declarada de interés turístico internacional.
Esta tapa gigante, que promueven cada año las pulpeiras, tendrá continuidad este domingo con la tradicional celebración de la Fiesta del Pulpo, un producto que representa "la historia y la tradición" y que actúa como "efecto dinamizador" para esta villa orensana, ha detallado Fumega, quien ha añadido, además, que buena muestra de esta tradición son las "cien familias que viven de este producto".
Por su parte, el cocinero de estrella Michelin Manuel Domínguez ha asegurado que es un "auténtico espectáculo" tanto para la vista como para el paladar ver trabajar a estas pulpeiras. "Ver cómo manejan las tijeras, el producto y el punto de cocción es un verdadero espectáculo", ha subrayado Domínguez, quien aboga por "dignificar" el trabajo de estos "maestros gastronómicos".
A pesar de su peso en la gastronomía gallega, afirma que este producto tiene cabida en la cocina de vanguardia. "Es un producto que se puede hacer de muchas formas y que se puede internacionalizar en Europa y en el resto del mundo", ha comentado. Por el momento, el cocinero, que ha actuado como embajador de la fiesta, podrá disfrutar de una de las 20.000 raciones de pulpo que se prevén repartir entre los asistentes.
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