Durante seis días, el fuego ha quemado 1.600 hectáreas en Porto do San y parte del Parque Natural de la zona ha quedado reducido a cenizas. Sus rutas de senderismo y el puente medieval se han visto afectados y se teme que nadie quiera visitar estos paisajes, ahora ennegrecidos.

Más de 120.000 turistas visitan cada año este lugar cuyo nuevo aspecto ha pillado desprevenidos a algunos. Otros, se preguntan qué ha fallado para que esto sucediera. La Xunta de Galicia, en precampaña electoral, anuncia ayudas. "No podemos fallar", dice Ángeles Vázquez, consejera de Medio Rural.

Pero el turismo no es el único afectado. Más de 25 mariscadores temen ahora que las lluvias arrastren las cenizas del incendio hasta el mar y maten el marisco.

Los mariscos más afectados serían la almeja y el berberecho, "porque están en la arena y comen de eso", explica Mari Carmen, una percebeira que hace su trabajo con la vista puesta en el cielo. Entre los pescados, el sargo y la lubina también peligran, explica el mariscador José Luis Alcalde.