A sus 93 años, Manolo no olvida sus 10 años de sudor y esfuerzo dentro del túnel de La Engaña, el que iba a ser el más grande de España e iba a abanderar el proyecto del ferrocarril Santander-Mediterráneo.

"Primero era muy duro el trabajo en el túnel porque teníamos que hacer todo a fuerza de mano" afirma Manolo Pelayo, quien trabajó en el túnel de La Engaña.

Fue el trabajo de más de 300 personas que, tras 20 años, no sirvió para nada, aunque se llegaron a finalizar el túnel y las instalaciones imprescindibles para su funcionamiento.

"La pena es que se acabó el túnel y ni siquiera pusieron las vías porque ya en el año 59 paralizaron completamente la obra y el Gobierno decidió no hacer más" cuenta Víctor Manuel Gómez, concejal de Vega de Pas, en Cantabria.

Tras un desplome de parte túnel en los años 90, el peligro a un derrumbe definitivo asciende día a día pero, por fin, todos los partidos políticos se han unido en busca de un proyecto que salve este corredor.

"El objetivo es recuperar todo lo que es el trazado de Santander Mediterráneo en la zona del túnel de la Engaña como una zona de vía verde y hacer un pequeño ferrocarril para pasar hasta Burgos y de Burgos hasta aquí", señala Ángel Sáenz, diputado regional de Cantabria.

Se necesitan 14 millones de euros para llevar a cabo el proyecto. Si las administraciones no los otorgan pronto, el túnel de la Engaña se hundirá para siempre.