Encarnación nunca pensó que un tranquilo paseo iba a terminar con un asesinato en directo. "Escuché desde arriba como una persona gritaba y por ello, empecé a correr", cuenta la policía que retuvo a la viuda de Alicante.

Por el camino y a la carrera avisó a sus compañeros, cuando llegó se encontró una escena terrible. Vio a Conchi sujetando de rodillas a su marido mientras su cuidador y amante le apuñalaba en el pecho, el cuello y la cara con un destornillador. "Me encuentro a dos personas sobre otra que estaba muerta entre dos coches", señala.

Tan sólo llevaba su placa y el teléfono móvil, pero consiguió retenerlos hasta que llegaron los refuerzos. "Los aparté de este hombre y los llevé hacia un punto donde les pudiera controlar y no supusiera un peligro para mi integridad física", añade.

Asegura que Conchi no dejaba de hablar, intentando justificarse con todo tipo de incoherencias, y que estuvoo de pie mucho tiempo hasta que, de repente, se acordó de su silla de ruedas. "Decía que ella estaba auxiliando a la persona, no paraba de hablar. Además, la silla de ruedas se sacó posteriormente de la furgoneta. Ella estaba de pie", asegura la agente.

A sus 59 años y tras 30 años en el cuerpo, esta ha sido sin duda su intervención más impactante.