Árboles centenarios derribados por el viento y casas que han perdido parte de sus fachadas. Gran parte de Galicia en alerta máxima y es que el 112 ha atendido 275 incidencias. El viento y la lluvia han tirado muros y tendidos eléctricos. Casi 100.000 usuarios continúan sin luz. De ahí que muchos comercios no hayan podido abrir.

En Carballeda, en Ourense, se han registrado rachas huracanadas de 182 kilómetros por hora. En Moraña, en Pontevedra, varios invernaderos han quedado totalmente destrozados y en Coruña, parte de la cubierta de Riazor ha salido volando. Han caído trozos de uralita en el césped y fuera del estadio. El Deportivo - Betis ha quedado suspendido.

En Baiona, las calles han amanecido invadidas por la arena y la playa, por la espuma. El fuerte oleaje ha golpeado con fuerza el litoral gallego con olas de más de 11 metros.

Bancos, columpios y hasta el dique, todos rotos por la fuerza del mar en A Guarda, en Pontevedra. También País Vasco se ha visto afectado por este temporal. Rachas de 188 kilómetros en Orduña, en Bizkaia, y paseos marítimos cortados y preparados para otra ciclogénesis explosiva en el norte peninsular.