El rastro del móvil de Ortiz fue clave en la investigación. El presunto pederasta de Ciudad Lineal cambió su forma de actuar a medida que la prensa se hacía eco de los hechos.

Al principio su móvil estaba encendido en todo momento, pero después lo apagaba cuando presuntamente cometía los abusos, como explica uno de los policías en el juicio, afirmando que "el teléfono permanece apagado justo en el momento de las agresiones".

Aún así, su rastro le sitúa en las zonas donde capturaba y dejaba a las menores, una señal que fue determinante para la detención en Santander, donde su móvil le situaba durante el último mes.

Policías de la investigación han relatado detalles minuciosos que una de las víctimas hizo de la casa de Ortiz, explicando que hay pocas viviendas que coincidan con las descripciones de las niñas.

Y tambien como otras de las menores se acordaba perfectamente de los hechos. "Indicó la zona donde había sido, las características del agresor, y que le habia hecho algo malo", explica un agente.

Una sesión en la que se ha visto a un Ortiz aburrido y que ha tenido momentos de tensión entre la juez y el abogado del acusado que han hecho a al acusado, incluso, reírse.