Saluda desde el mismísimo cielo mientras prueba su tabla a solo 24 horas del reto más importante de su vida.

Y su flyboard responde con creces: eficiente a velocidad punta y a cualquier altura. Por si queda alguna duda Franky Zapata nos deleita con una, dos y hasta tres piruetas."Me siento bien, estoy nervioso, la máquina está lista", explica a los medios.

Y es que, tras ser la gran estrella del desfile militar francés, el soldado volador está preparado para cruzar el Canal de la Mancha sobre su invento.

Partirá de la playa de Sangatte, en Francia, y, si todo va bien, en aproximadamente 20 minutos espera llegar hasta la playa de Dover, en Inglaterra. Pero no va a ser tan fácil como parece: el aparato solo tiene una autonomía de diez minutos, por lo que tendrá que repostar una o más veces dependiendo de la meteorología.

Todo ello, teniendo que esquivar los buques que naveguen por uno de los puntos con mayor tráfico marítimo del mundo. Este es precisamente el asunto que preocupa a las autoridades marítimas que desaprueban la travesía de Zapata, aunque él no lo ve como un peligro.

"No sé cuáles serán las dificultades de la posición de los barcos. No hay que ser fatalista", concluye el aventurero. Sin miedo alguno, Zapata está dispuesto a escribir sobre las nubes su histórica hazaña.