Entre lágrimas, la diputad de Esquerra reconoce ante la audiencia del Parlament haber sufrido violencia machista durante diez años.

Dice que contarlo es la mejor arma para las mujeres, y ha decidido dar el paso para "romper el silencio". "Las mujeres estamos cansadas, enfadadas, hartas. Sin embargo, tenemos un arma: el testimonio. Un arma que nos hace más fuertes", comenzaba la diputada.

La diputada ha relatado su estremecedora historia personal en la Cámara catalana, que debatía una moción presentada por JxCat sobre las "actitudes negacionistas que ponen en peligro los derechos de las mujeres".

Al terminar su intervención todos los grupos, excepto ciudadanos han aplaudido y mostrado su cariño a la diputada.