La persona elegida por el consulado alemán para visitar a Jonas, el pequeño cuya madre y hermano mayor fueron asesinados presuntamente por su padre en una cueva de Tenerife, cuando se encontraba en el centro de menores de Tenerife y que viajó con él hasta Alemania fue investigado por abusos sexuales en 2015.
Estos presuntos abusos ocurrieron durante un campamento de verano en 2014 cuando Patrick Lindner, que entonces era sacerdote en la parroquia católica San Pedro y Pablo, en el municipio de Dermbach, Alemania, examinó a dos niños "para detectar posibles garrapatas" tras una caminata.
Fueron los padres de los menores los que denunciaron los hechos. La práctica habitual es que los propios niños hicieran entre ellos las comprobaciones, que se hacían siempre tras la ducha, pero ese día lo hizo el sacerdote, según informa La Vanguardia.
La Fiscalía alemana concluyó la investigación sin imputar ningún delito a Lindner, aunque consideró que el sacerdote "no había respetado las distancias". La diócesis de Fulda decidió apartarlo y buscarle un nuevo destino.
El sacerdote se incorporó a la parroquia de San Telmo, en Puerto de la Cruz, Tenerife, donde actualmente sigue sirviendo a la comunidad católica alemana en la isla.
El acusado se ha negado a declarar y solo ha tomado la palabra para insistir en que necesitaba tomar su medicación.
El menor, con tan solo cinco años, emprendió su huida cuando vio a su madre con sangre, según ha explicado el pequeño a la vecina que habla alemán, y con la que ha dormido a petición de la jueza.
Primera declaración ante el juez
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