Que uno de los terroristas de Cambrils acabara muerto en lugar de matar a alguien es gracias en parte a un policía local que estaba en Cambrils de vacaciones cuando escuchó disparos.

Un agente fuera de servicio y desarmado, ve salir al terrorista del paseo principal para refugiarse en unos callejones. Instintivamente, le sigue.

"Lo tuve a un metro. No quería que se fuera. Yo no tenía armas. Mi objetivo era que volviera al paseo central y rezar para que cuanto antes se acercara algún coche policial", ha recordado el policía en El País.

Lo consiguió. El terrorista gritó y dos mossos en un coche camuflado le apuntan, mientras nuestro protagonista le grita que se eche al suelo. No hizo caso y terminó muerto.

El agente segura que hizo lo que debía: "Estoy seguro de que lo que hice lo haría más gente. Entre más de 300 personas corriendo alguno tendría que salir tras él, ¿no?. Aunque también te digo que al llegar a casa recibí una bronca tremenda de la familia".

"Nuestro código deontológico nos exige actuar también fuera de servicio. Los policías nos sentimos orgullosos de su acción", ha asegurado Serafín Giraldo, portavoz de la Unión Federal de Policía.

Otro agente fue clave aquella noche: el mosso que, minutos antes, mató a los cuatro terroristas evitando que provocaran una masacre. Por seguridad, sigue siendo anónimo pero recibió una ovación de sus compañeros y el presidente de la Generalitat en la comisaría de Cambrils.

"Quise hablar con él y con todos sus compañeros. Les agradecí que con su gesto habían salvado muchas vidas", ha señalado en El Objetivo Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat de Catalunya.

Trabaja en los grupos de proximidad vigilando fiestas patronales y grandes eventos. Él solo, mató a cuatro terroristas.