Una inofensiva cuña de queso manchego ha dinamitado la renovación del tratado comercial entre la Unión Europea y México.
El manchego, un producto lácteo de renombre internacional tiene un tocayo al otro lado del Atlántico, que poco tiene que ver con el que se produce en España.
"Lo que se está produciendo es un fraude a los consumidores mexicanos. Se les está dando un producto que no tiene nada que ver con el manchego de origen", explica Santiago Altares, director Certificación Fundación Consejo Regulador Queso Manchego.
Los ganaderos dicen que el problema está en que los consumidores no saben distinguir el producto: "Un queso manchego tiene que estar hecho dentro de la Región de la Mancha y con oveja de raza Manchega. Identificado con una placa de caseina. Si no, no es Manchego", destaca José Luis Sevilla, gerente Quesos Cristo del Prado.
Sin embargo el queso que en México se vende como manchego, está producido con leche de vaca. Es muy popular para su utilización en nachos o quesadillas.
Su penetración en el mercado estadounidense preocupa a los queseros españoles. "Es un fraude a los consumidores de aquellos paises a los que se exporta ese falso manchego", añade Altares.
Hasta 57 quesos europeos son producidos en el país azteca sin denominación de origen: "El parmesano, gruyer, feta...", enumera Teresa Jiménez-Becerril, presidenta Comisión parlamentaria México-UE.
Pero las autoridades mexicanas defienden los intereses de sus empresas y no quieren ni oír hablar del tema: "No tengo un comentario particular que hacer sobre ninguno de los aspectos de la negociación", Carlos de Icaza, subsecretario de Relaciones Exteriores de México.
Tras dos años de negociaciones entre la Unión Europea y México, la guerra de los quesos es el principal escollo para poner el sello al nuevo tratado.
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