Un modus operandi
similar para engañar a las menores, así comienzan a relacionarle los casos, pero
una de las claves llega el 22 de agosto, antes de cometer una nueva agresión.
Capta a la niña, diciéndole "vamos a gastarle una broma a tu tío, a tu abuelo".
Significativo porque fue
un gancho que utilizó antes para agredir a otra menor y por el que fue detenido
en 1998. Clave el dato de una
testigo que dio una descripción concreta del presunto pederasta, coincidía con
lo que pudieron aportar las menores: "Hablaban de venas muy marcadas, de una
serie de cuestiones que indicaba que era una persona relacionada con el mundo
del culturismo".
Llegaron identificarle
en la calle y otra de las líneas de investigación se centró en el posicionamiento
del teléfono móvil y en el seguimiento a dos vehículos, un Citroën Xsara gris y
un Toyota. De los tres sospechosos se quedaron con Antonio Ortiz: "Qué casualidad
que tengo una persona compatible con las antenas, la vivienda..."
Se pidió la intervención
de su teléfono y vieron que había salido de Madrid. Finalmente le detuvieron
en Santander, el 24 de septiembre, cerrando la operación Candy, acuñada
internamente porque una de las pequeñas llevaba una bolsa de golosinas en el
momento que apareció.