A sangre fría Thomas Whitaker contrató a un sicario para matar a su familia y cobrar el seguro. Ejecutó a su madre, su hermano, dejando malherido a su padre y ha sido él, media hora antes de su ejecución, quien ha logardo salvarle la vida.

"Dijo que habían conmutado la pena y, en ese momento, lo puse en atavoz, dejé que todos lo oyeran y la sala estalló, fue abrumador", asegura el padre.

Se emociona al recordar el momento, en el que el gobernador de Texas, decide conmutar la pena de su hijo. Ya no morirá aquí, seguirá vivo quizás para abrazarle: "Con el tiempo, quizás, se gane el privilegio de tener una visita en la que podré abrazarlo, estrechar su mano", añade.

Estrechar la mano de un hijo, que le ha arrebatado todo, pero al que ha conseguido perdonar. Conoce y asume lo que hay tras su mirada, sabe que es culpable, pero ha recorrido Estados Unidos pidiendo clemencia, nunca ha creído en la pena de muerte.