Se tapan la cara porque están a punto de robarle marisco al mar. Es la costa de Galicia y ellos actúan de madrugada. "A esta hora es más difícil que te pillen. Casi no sale ni la Policía. En la nocturnidad pasan las mejores cosas", explican ante las cámaras. Son pescadores furtivos y laSexta ha comprobado in situ cómo actúan.

Mientras se llevan todo lo que encuentran, vigilan que no les pille ni la Guardia Civil ni las patrullas que montan las cofradías de mariscadores, los grandes perjudicados por este delito.

Se llevan la captura a su propio vivero. "Esperamos a que nos avisen los clientes para bajárselas", afirma uno de los pescadores furtivos. En 60 minutos pueden ganar entre 800 y 1.000 euros. No les importa el daño ecológico, ni llevarse por delante el trabajo de los mariscadores legales. "Mientras siga habiendo billetes vamos a seguir con esto. ¿O no? Sí", añade.

Podrán ver los detalles de esta investigación de laSexta en Más Vale Tarde.