Los agentes de la UCO entran en una casa, se trata de una operación de rescate. Un hombre estaba retenido contra su voluntad, secuestrado. La víctima habría participado en un negocio de drogas que salió mal.

Él y otro hombre habían contactado con un grupo para venderles una partida de hachís por valor de 74.000 euros. En el momento de la entrega, uno de los traficantes se dio a la fuga con el dinero y la droga, y el otro fue capturado en represalia.

El hermano de la víctima recibió llamadas de los captores: exigían los 74.000 euros a cambio de no hacerle daño, y amenazaban con amputar partes de su cuerpo.

Denunció el caso ante las autoridades, que se pusieron manos a la obra, ya que el tiempo puede ser el mayor enemigo en un secuestro, y dieron con él en menos de 24 horas.

En la casa, sus captores. La Guardia Civil detuvo a seis personas, pero lo más sorprendente es que en la misma estancia se encontraron a tres menores, hijos de los secuestradores, que habían convivido con las agresiones y las amenazas a la víctima.

En las imágenes vemos el momento en el que vuelve a abrazarse con su hermano. Su caso responde a un secuestro extorsivo: pedir dinero a cambio de la integridad física del secuestrado.

No es una práctica habitual en España, ni siquiera en Europa, y por eso este dato sorprende más si cabe: en menos de 15 días la Guardia Civil ha resuelto dos casos similares.