Los dos policías detenidos en Linares por la agresión a un padre y su hija fueron enviados a prisión provisional por el juez tras apreciar que existía un riesgo de fuga y de destrucción de pruebas.
Así se recoge en el auto policial, al que ha tenido acceso laSexta, que detalla que "es bastante probable que los investigados sientan impulso de huir de la acción de la justicia ante la elevada entidad de la pena de prisión que se les pudiera imponer".
Y es que si se demostrase que los agresores cometieron "tortura o tentativa de detención ilegal", se les podría imponer una condena superior a los 5 años de prisión. Una pena alta que, sumado a la falta de arraigo familiar y laboral, podría contribuir a sus deseos de fuga.
"Contribuye también el hecho de que su arraigo familiar sea escaso, porque no tienen pareja ni descendencia, según su declaración. Su arraigo laboral ha desaparecido, puesto quese les ha abierto un expediente disciplinario, siendo probable que estén suspendidos de empleo", añade el documento.
Además de estas consideraciones, la Justicia también destaca el riesgo de la destrucción de pruebas. Y es que, como se aprecia en uno de los vídeos que grabaron los testigos, uno de los agresores persiguió "a una persona que estaba captando la secuencia".
En el auto de prisión también se sostiene que, a pesar de que el agredido fuera el que provocó la pelea, como sostiene la defensa de los investigados, "los detenidos actuaron desproporcionadamente y ejecutaron hechos susceptibles de reproche penal", y el "contexto no justifica la despreciable agresión perpetrada por los detenidos".
El suceso tuvo lugar el pasado fin de semana cuando los dos agentes mencionados, ya en prisión, propinaron una brutal paliza a un hombre y a su hija de 14 años estando fuera de servicio. Un hecho que desencadenó varias protestas contra la brutalidad policial.
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