Nos la tomamos como un producto, natural y sano pero en muchos casos, eso que echamos al café o al yogur, no es ni lo uno ni lo otro, porque detrás del aceite y de la leche, la miel es el producto más adulterado el mundo: en otras palabras, en España tomamos mucha miel de garrafón.

"Aproximadamente el 80% de la miel que consumimos es miel que importamos de otros países. Fundamentalmente importamos de China", explica Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos.

Lo que nos venden, en el microscopio es sirope de arroz, es decir, miel mezclada con siropes a granel para que les salga más barata, porque la miel auténtica cuesta entre tres y cuatro euros el kilo producirla.

Si no quiere que le estafen, fíjese en la etiqueta, si pone que procede de dentro y de fuera de la Unión Europea, desconfíen. Si es nuestra y artesana se lo van a dejar bien claro y además la va a pagar porque su precio de venta está sobre diez euros.

Si quiere un truco para saber si su miel es pura eche una cuchara en un bol, cubra con agua, remueva con ganas y si salen celdas como un pequeño panal en miniatura es que es miel pura y de la buena.