En 12 meses, el Hospital de Alzira pasará a manos públicas tras casi dos décadas como símbolo de un modelo de gestión. La Generalitat valenciana ya ha comunicado a los actuales gerentes que no renovarán la adjudicación que vence el 1 de abril de 2018.

Carmen Montón, Consellera de Sanidad de la Generalitat valenciana, asegura que "lo que hemos empezado es el principio del fin del modelo de privatización del Partido Popular".

En 1999, con Zaplana al frente, se levanta este pionero centro que por primera vez dejaba la asistencia en manos privadas tras un concurso. "Aquí no van a haber ciudadanos de primera ni de segunda", explica el director del hospital.

Pero las pérdidas fueron acumulándose y, solo cuatro años después, tuvieron que rescatarlo pagando 69 millones de euros a Ribera Salud. "La empresa decía que no ganaba lo suficiente y, por tanto, iba a los responsables de la sanidad valenciana y les decía que le tenían que dar más", explica el portavoz de Compromís, Joan Baldovi.

La Generalitat, ya con Camps, volvió a sacar el Hospital a concurso y se lo adjudicó a la misma empresa. Desde entonces, cada vez se le ha pagado más por cliente atendido y los propios profesionales lamentan el fallido modelo.

Arturo León, médico del centro, dice que el modelo "no ha sido capaz de generar un consenso en cuanto a las condiciones de trabajo de todos los departamentos de salud que gestiona".

Un sistema que en Madrid se intentó aplicar, hasta que fue tumbado en los tribunales. En la Comunidad Valenciana se da en varios hospitales, que todavía tendrán que esperar para volver a ser públicos.​