Los vecinos de la calle Robador, en el Raval de Barcelona, creen que la violación de la joven podría haberse evitado y denuncian que ya alertaron a los agentes de la peligrosidad del detenido. "No sé si tiene que estar en el calabozo o en un psiquiátrico pero lo que no podía estar era en la calle", apunta Iván Rivera, de la Asociación Illa RPR.

Los vecinos aseguran que el individuo provocó tres incendios una semana antes de cometerse la violación, en uno de ellos quemó un colchón y varios residentes tuvieron que desalojar sus casas. Una vecina asegura que su cocina "estaba toda llena de humo" y "la casa olía a quemado".

Aseguran también que, además de prender varios fuegos, amenazó por la calle a los vecinos con un palo y también a varias mujeres. Desde los sindicatos de Guardia Urbana denuncian que se trata de una "descoordinación policial dura y pura".

La víctima, tras la agresión, fue ingresada en el hospital y según apunta Eugenio Zambrano, del sindicato CSIF, "no sólo le dio una gran paliza como así se demuestra, sino que le arrancó parte de una oreja y del labio muy violentamente". Fueron los servicios de limpieza los que la encontraron caminando semidesnuda.