Después de que los responsables de un colegio en la India dieran la voz de alarma por la presencia de una bomba en el patio del recinto, un policía se presentó en el lugar y sin pensarlo ni un segundo decidió actuar para poner a salvo a los alumnos.
Debido a que no había agentes artificieros en las inmediaciones, el agente, que responde a nombre de Abhishek Patel, decidió coger con sus propias manos el explosivo y sacarlo de allí, según informa el medio Telegraph.
Inmediatamente, echó sobre su hombro los 10 kilos de la bomba y recorrió rápido una distancia de un kilómetro, poniendo a los niños a salvo.
Finalmente, el artefacto fue detonado de forma controlada y, afortunadamente, no hubo que lamentar ningún daño.