Hablaron con ellos por teléfono por última vez el 16 de agosto. Es lo que ha contado el hermano de Marcos en la televisión brasileña. "Estaba feliz porque íbamos a visitarlos y porque se habían cambiado de casa", explica Walfran Campos, el hermano de Marcos, el hombre asesinado junto a su familia en Guadalajara

Se mudaron a un chalet de Pioz a finales de julio. En su interior la Guardia Civil encontró los cuerpos sin vida de la familia repartidos en bolsas de basura. Los padres habían sido descuartizados y los dos menores, degollados. "Qué error ha podido cometer mi hermano", lamenta.

Walfran asegura que su hermano nunca le había hablado de problemas económicos ni de que estuviera recibiendo amenazas. De hecho, cuenta que Marcos estaba muy feliz porque había conseguido un ascenso en su trabajo. "Trabajaba en un asador como encargado", detalla.

Marcos abandonó Brasil hace 15 años en busca de un futuro mejor. Primero vivió en A Coruña y, luego, se trasladó a Madrid, ciudad en la que hace tres años se instaló con su mujer, Janaína, y su hija de cuatro años y, después, nació su segundo hijo. Sus familiares no entienden por qué ellos son las víctimas de este atroz crimen. "Mi madre está muy mal, está medicada. No puede soportar el dolor. Estamos sobreviviendo", declara.

La Guardia Civil continúa recogiendo muestras en la casa para tratar de esclarecer las causas y atrapar a los culpables. Los agentes creen que los asesinos no tenían previsto dejar los cadáveres en la casa. "La forma en la que aparecen los cuerpos indica una intención de no dejar pistas. Da la impresión de que el acto se aborta en un momento determinado", explican. Por la extrema crueldad del crimen, los investigadores sospechan que puede tratarse de un ajuste de cuentas.